El Templario by Paul Doherty

El Templario by Paul Doherty

autor:Paul Doherty [Doherty, Paul]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Histórico
editor: ePubLibre
publicado: 2007-01-01T05:00:00+00:00


SÉPTIMA PARTE

Antioquía: festividad de san Lorenzo,

10 de agosto de 1098

Quo vulneratus insuper, mucorne diro lanceae.

(Donde fue herido por el corte de la afilada punta de esa lanza).

Venantius Fortunatus, «Himno en honor de la cruz».

El cénit del verano se aproximaba. El agua abundaba en la ciudad, pero los mercados seguían vacíos. Firuz, lleno de amargura, estaba aún más deseoso que Teodoro de que actuase el Ejército de Dios. La situación en el interior y alrededor de Antioquía se había agravado. El ejército desenterraba cadáveres para alimentarse, y el canibalismo se extendía por el campamento, mientras que en Antioquía, el precio de la comida se había elevado tanto que la gente mendigaba en las calles por un trozo de pan duro. Se sucedieron violentas escaramuzas en los alrededores de las puertas del Puente y de San Jorge, producto de la desesperada tentativa de Yaghi Siyan para tratar de destruir las improvisadas fortificaciones y reductos de su enemigo; no obstante, los francos continuaron con el asedio. Se filtraron algunas noticias. Khebogha, el atabeb del califa de Bagdad y emir de Mosul, se aproximaba aprisa con un enorme ejército, dispuesto a aplastar a los francos. Tales noticias alentaron a Antioquía. Bohemundo y los demás se limitaron a intensificar el asedio. Firuz hizo una nueva apelación a Yaghi Siyan para que se hiciera justicia, pero Baldur era necesario para encabezar las refriegas en la puerta del Puente, y Yaghi Siyan decidió no hacer nada.

A finales del mes de mayo, tanto sitiadores como sitiados buscaban la manera de hacer añicos al otro. El Ejército de Dios, engañado por ciertos mercaderes de Antioquía, creyó que la ciudad iba a rendirse y envió a unos emisarios hacia la puerta del Puente, encabezados por Walo, el delegado de Francia. Enseguida los rodearon y los mataron allí mismo, catapultando posteriormente sus cabezas de vuelta al campamento. El incidente sangriento acrecentó la tensión. Teodoro, temeroso de que Yaghi Siyan descubriese sus planes, pensaba que Firuz estaba ya preparado. En la festividad de la Virgen María, en el último día de mayo del año de Nuestro Señor de 1098, Firuz y Teodoro subieron hacia las almenas de las Hermanas Gemelas. Teodoro lanzó una flecha con un mensaje a la espesura; una débil luz centelleó tres veces en respuesta, una señal de que el mensaje había llegado a su destino y de que se había comprendido. La suerte estaba echada. Las Hermanas Gemelas serían traicionadas en la noche del 2 de junio.

Hasta entonces, las horas transcurrieron tensa y frenéticamente. La ciudad afrontó más ataques y mayores carencias de alimentos. Llegaron noticias de que Khebogha, al mando de decenas de miles de soldados, se encontraba tan solo a un día de marcha. El Ejército de Dios quedaría atrapado contra las murallas de Antioquía y sería destrozado completamente. Las circunstancias apremiaban, las horas pasaban. En la madrugada del 2 de junio, durante el tercer relevo de la guardia, Teodoro despertó a Leonor. Esta le pidió a Simeón que se quedase a cargo de Imogenia, mientras



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